La Caída del Cielo – Davi Kopenawa y Bruce Albert
La caída del cielo es, ante todo, un testimonio importante en nombre de los pueblos indígenas de la selva amazónica. Davi Kopenawa es miembro del pueblo Yanomami en el norte de Brasil, chamán y activista por los derechos territoriales. Publicado por primera vez como La chute du ciel en 2010, La caída del cielo es el fruto de su colaboración con el antropólogo francés Bruce Albert, quien describe el libro como “una historia de vida, autoetnografía y manifiesto cosmoecológico” con el objetivo de difundir la historia de Kopenawa y los problemas ambientales. La narración en primera persona, poco común en trabajos académicos, nos permite seguir a su narrador a lo largo de un camino sinuoso que mezcla recuerdos personales, la experiencia colectiva de su pueblo, la sabiduría tradicional. Albert define la estructura híbrida del libro como, “un intento de combinar partes puramente narrativas con otras etnográficas”. Los Yanomami son un grupo cultural y lingüístico con poco contacto con la sociedad occidental, que han podido conservar su lengua y la mayoría de su hábitat y costumbres. Kopenawa mismo es un defensor reconocido internacionalmente de la conciencia climática, que logró el reconocimiento oficial de la tierra Yanomami, o Terra Indígena Yanomami, en 1992. El núcleo de La caída del cielo, titulado “Parte II – El humo del metal”, se centra en el camino de Kopenawa hacia el activismo. Después de discutir la cosmogonía Yanomami a través de la historia del demiurgo Omama, creador de todos los pueblos y primer propietario del metal, Kopenawa menciona costumbres ancestrales y aprovecha para condenar la introducción por parte de los occidentales de epidemias fatales y los peligros del consumismo y el materialismo. El núcleo de su activismo es claramente asegurar la supervivencia de su pueblo y su forma de vida: “Quiero que mis hijos, los hijos de mis hijos y los hijos de sus hijos puedan vivir en [la selva] tranquilamente. Este es todo mi pensamiento y mi trabajo”. Uno de los encuentros que moldearon el activismo de Kopenawa fue con la llegada de misioneros que acosaron a su pueblo con acusaciones de pecado y amenazas de infierno al tiempo que muestraron un flagrante desprecio por las costumbres locales al prohibir a los chamanes curar y enterrar en secreto a los muertos para evitar que los Yanomami los lloren según la tradición. Cuando un misionero, que repetía que no debían codiciar a las esposas de otros hombres, embaraza a una de sus mujeres: Su familia se dan cuenta de que es un hipócrita, concluyen que su religión es una mentira y se alejan del cristianismo. Kopenawa cuenta la historia de su regreso al chamanismo y las costumbres espirituales tradicionales. De adolescente, aprende portugués y trabaja para la FUNAI, o Fundação Nacional do Índio, una fundación del gobierno brasileño bajo la dictadura militar de la época. Como intérprete entre miembros de tribus aisladas y funcionarios en Manaus, Kopenawa se da cuenta de los planes del gobierno para dividir la selva amazónica y se entera de los bombardeos y tiroteos a los que recurren cuando los pueblos indígenas como los Waimiri-Atroari les niegan la entrada a sus tierras, Kopenawa se da cuenta de que debe luchar por los derechos territoriales. Con esta intención entra en contacto con la CCPY, o Comissão Pró-Yanomami, una ONG que busca preservar áreas de la selva para el pueblo Yanomami, La llegada de los buscadores de oro a las tierras Yanomami coincide con el despertar de su conciencia activista: “Estas nuevas palabras sobre la protección de la selva me llegaron gradualmente, […] hasta que formaron un largo camino en mi mente”. A pesar de la resistencia indígena, los buscadores siguen llegando en número creciente, causando estragos en la fauna y los ríos locales. Epidemias, asesinatos, la aculturación de los jóvenes que dejan de cazar y trabajar en los huertos para mendigar comida y productos de consumo a los blancos significa que pronto no queda nadie para transmitir su sabiduría, valores y tradiciones. Aunque La caída del cielo es una narrativa en primera persona, las palabras de Kopenawa fueron “registradas en su idioma, transcritas, traducidas y luego organizadas y editadas” por Albert que construye el texto basado en sesiones de grabación realizadas desde 1989 hasta principios de los 2000 y se describe a sí mismo como un “observador comprometido”, ni escritor fantasma ni secretario, comprometido a evitar intrusiones en la narrativa de Kopenawa pero actuando como intermediario. “Esta experiencia me permitió proponer una traducción que se sitúa a medio camino entre una traducción literal, que corría el riesgo de convertirse en una caricatura, y una transposición literaria que habría estado demasiado lejos de las construcciones lingüísticas Yanomami”. La caída del cielo. Palabras de un chamán yanomami de Davi Kopenawa y Bruce Albert. Publicado por Capitán Swing. All photographs by Claudia Andujar. Cover: Davi Kopenawa by Sebastião Salgado. Claudia Andujar made an extraordinary contribution to the art of photography as well as her major role as a human rights activist in the defense of the Yanomami. During her first seven years living with the Yanomami, Andujar grappled with the challenges of visually interpreting a complex culture. Later, during her period of activism, she began to use her photography as a tool among others for political change. |